Bebidas alternativas: Opciones que amplían el ritual de la cafetería.

El cambio no responde únicamente a una tendencia estética, sino a una transformación profunda en la forma en que las personas se relacionan con su momento de pausa.

El consumo de bebidas alternativas ha ganado fuerza en los últimos años dentro de la industria gastronómica, especialmente en cafeterías de especialidad. El cambio no responde únicamente a una tendencia estética, sino a una transformación profunda en la forma en que las personas se relacionan con su momento de pausa. Tomar café sigue siendo un ritual diario para millones, pero cada vez más consumidores exploran sabores distintos, texturas nuevas y beneficios funcionales que complementan —no sustituyen— al espresso.

La categoría de bebidas alternativas incluye preparaciones a base de té, infusiones y mezclas vegetales que, por su perfil sensorial y nutricional, aportan experiencias diferentes. Entre ellas destacan cuatro que han encontrado un lugar estable en la carta de cafeterías modernas: matcha, hōjicha, ube y sésamo latte. Cada una tiene un origen distinto, un sabor único y una forma particular de integrarse al día a día.

El matcha es intenso, vegetal y energizante, ideal para quienes buscan concentración prolongada. La hōjicha ofrece suavidad y notas tostadas con baja cafeína, perfecta para momentos de calma. El ube combina dulzor natural con una estética llamativa que lo ha hecho viral en redes sociales y cafeterías creativas. El sésamo latte aporta cremosidad, sabor a nuez y cero cafeína, convirtiéndose en una alternativa inclusiva. En conjunto, representan un cambio cultural: la apertura a nuevas formas de disfrutar la pausa de media mañana, la sobremesa o la tarde.

Matcha: energía constante y sabor vegetal

Entre todas las bebidas alternativas, el matcha es probablemente la más reconocida globalmente. Su historia está ligada a la ceremonia del té japonesa, pero en los últimos años ha pasado de ser una bebida tradicional a un elemento clave en cafeterías urbanas. A diferencia de otros tés, el matcha no se infusiona: se consume directamente el polvo molido de la hoja entera, lo que maximiza tanto el sabor como la concentración de compuestos activos.

El proceso de producción es riguroso. Las plantas de té se cultivan a la sombra durante las últimas semanas antes de la cosecha, lo que aumenta sus niveles de clorofila y L-teanina. Luego, las hojas se secan y se muelen en molinos de piedra hasta obtener un polvo ultrafino. Este detalle técnico explica su sabor vegetal intenso, ligeramente amargo, con textura cremosa si se emulsiona correctamente.

Una de sus principales ventajas frente al café es su efecto sobre el cuerpo. Contiene cafeína, pero al estar combinada con L-teanina —un aminoácido que favorece la concentración y la calma—, genera un estado de alerta estable y prolongado, sin picos abruptos. Esta cualidad es especialmente valorada por estudiantes, creativos y profesionales que buscan mantenerse enfocados.

En cafeterías, la preparación más popular es el matcha latte. Se mezcla el polvo con un poco de agua caliente para formar una base espumosa, luego se incorpora leche vaporizada, que suaviza su amargor sin anular su sabor. También se utiliza en bebidas frías, postres, repostería y combinaciones con espresso, como el “dirty matcha”, muy común en ciudades como Tokio, Nueva York o Madrid. Su versatilidad y funcionalidad lo posicionan como una de las bebidas alternativas más consolidadas.

Hōjicha: notas tostadas y baja cafeína

La hojicha comparte origen con el matcha —ambos provienen de la planta del té verde—, pero su identidad es completamente distinta. Su historia comienza en Kioto en la década de 1920, cuando productores locales empezaron a tostar hojas maduras y tallos que no se destinaban a otros tés. Lo que surgió como un aprovechamiento de materia prima terminó convirtiéndose en una bebida con carácter propio.

La clave de su sabor está en el tueste a alta temperatura, alrededor de 200 °C. Este proceso transforma el color verde en ámbar, libera compuestos aromáticos que recuerdan al cacao, al cereal y a los frutos secos, y reduce notablemente la cafeína. El resultado es un té suave, redondo, poco astringente y con notas cálidas que evocan comodidad.

Su bajo contenido de cafeína lo convierte en una alternativa ideal para personas sensibles a los estimulantes o para quienes buscan una bebida relajante después de comer. A nivel sensorial, la hōjicha tiene un cuerpo medio y un dulzor natural que se potencia al mezclarla con leche. Por eso, en cafeterías de especialidad es común encontrar hōjicha latte como parte estable del menú.

También se prepara en versión cold brew, infusionada en frío durante varias horas, lo que resalta aún más su perfil dulce y tostado. Su versatilidad y sutileza la vuelven atractiva tanto para consumidores expertos como para quienes apenas comienzan a explorar el mundo de las bebidas alternativas.

Ube: color, dulzor natural y textura cremosa

El ube es una raíz de color violeta originaria del sudeste asiático, particularmente popular en Filipinas. Durante años fue un ingrediente base en postres tradicionales, pero en la última década ha conquistado cafeterías y panaderías creativas alrededor del mundo. A diferencia del matcha y la hojicha, no proviene de una hoja ni contiene cafeína, pero su perfil sensorial lo hace destacar en el universo de las bebidas alternativas.

Su sabor es suave, ligeramente dulce, con matices que recuerdan al coco, la vainilla o la batata. Su color violeta intenso es natural, sin colorantes añadidos, y le da un valor estético importante: es fotogénico, distintivo y muy reconocible. Al combinarlo con leche, el resultado es una bebida cremosa que transmite calidez sin ser empalagosa.

La popularidad del ube en cafeterías responde a dos factores claros. Por un lado, ofrece una opción libre de cafeína para quienes quieren disfrutar de una bebida especial sin estimulantes. Por otro, es altamente versátil: puede servirse caliente o fría, sola o combinada con espresso para generar contrastes visuales y gustativos. Además, es una excelente base para bebidas de temporada y preparaciones creativas.

Su presencia en el mercado europeo y latinoamericano aún es relativamente nueva, pero crece con rapidez, especialmente en espacios que buscan diferenciarse con propuestas frescas, inclusivas y visualmente atractivas.

Sésamo latte: sabor a nuez y textura sedosa

El sésamo latte es quizá la menos conocida de estas cuatro bebidas alternativas, pero no por ello menos interesante. Se elabora a partir de semillas de sésamo tostadas y molidas que se emulsiona con leche (vegetal o animal). Su sabor es delicado, ligeramente dulce, con notas a nuez que lo hacen muy accesible para todo tipo de paladares.

A diferencia del matcha y la hojicha, no contiene cafeína, lo que lo convierte en una opción ideal para quienes buscan algo reconfortante sin estimulantes. Además, el sésamo es rico en calcio vegetal, grasas saludables y antioxidantes, por lo que muchas personas lo integran como parte de su rutina diaria.

La textura del sésamo latte es uno de sus mayores atractivos: cremosa, densa y envolvente. Esto permite usarlo como base para combinaciones con espresso —creando bebidas intensas y balanceadas— o simplemente disfrutarlo solo, caliente o frío. También marida bien con postres, sobre todo aquellos que contienen chocolate o frutas secas.

Aunque todavía no tiene la popularidad global del matcha o el ube, su crecimiento es constante. En cafeterías que apuestan por propuestas funcionales y naturales, el sésamo latte comienza a ocupar un espacio importante.

Saber más sobre el café de especialidad

Un espacio compartido: bebidas alternativas y café

La adopción de estas bebidas en cafeterías no implica un reemplazo del café, sino una expansión de la experiencia. En lugar de obligar al consumidor a elegir entre “café o té”, los menús más modernos permiten explorar combinaciones y descubrir nuevas formas de disfrutar la pausa diaria.

Un ejemplo claro es el dirty matcha: matcha combinado con espresso, que une energía prolongada y sabor complejo. La hōjicha, por su perfil tostado, marida perfectamente con cafés de tueste medio. El ube, por su dulzor natural, contrasta bien con el amargor del espresso. El sésamo latte, por su suavidad, sirve como base neutra que realza otras notas.

Este enfoque inclusivo amplía el público objetivo de las cafeterías: personas que consumen poca cafeína, quienes buscan sabores suaves, quienes siguen dietas vegetales o quienes simplemente quieren probar algo nuevo. Por otra parte, diversificar la oferta permite a los negocios adaptarse a las estaciones, crear productos de temporada y fortalecer su identidad gastronómica.

Cultura, salud y experiencia

Otro factor que impulsa el crecimiento de las bebidas alternativas es su relación con la salud y el bienestar. Muchas de estas preparaciones son naturales, sin azúcares añadidos ni aditivos artificiales, y se perciben como opciones más ligeras o funcionales. El matcha aporta antioxidantes y L-teanina; la hōjicha, al ser baja en cafeína, facilita la digestión; el ube ofrece una fuente vegetal suave; y el sésamo latte contribuye con calcio y grasas saludables.

Pero más allá de sus beneficios nutricionales, estas bebidas conectan con una tendencia cultural más amplia: la búsqueda de experiencias. Preparar un matcha latte con calma, servir un ube latte perfectamente espumado o disfrutar un hōjicha frío en la tarde no son solo acciones de consumo; son pequeños rituales. Y en un entorno donde la pausa se valora cada vez más, estos rituales adquieren sentido.

Preguntas rápidas sobre bebidas alternativas

¿Qué son las bebidas alternativas?

Son preparaciones distintas al café tradicional que incluyen tés, infusiones y mezclas vegetales. Aportan sabores y texturas diferentes, ampliando la experiencia de cafetería.

¿Tienen cafeína?

Depende de la bebida: matcha y hōjicha sí (en niveles distintos); ube y sésamo latte no contienen.

¿Por qué son populares?

Por su versatilidad, perfil sensorial diferenciado, beneficios funcionales y capacidad de adaptarse a diversos estilos de vida.

¿Puedo mezclarlas con café?

Sí. De hecho, muchas cafeterías crean combinaciones con espresso, como el dirty matcha o el ube latte con espresso.

¿Aportan beneficios nutricionales?

Algunas contienen antioxidantes, L-teanina o calcio vegetal. No sustituyen una dieta equilibrada, pero pueden formar parte de ella.

¿Reemplazan al café?

No. Se complementan con él. Las bebidas alternativas expanden la carta de cafeterías y ofrecen opciones para públicos diversos.

 

Nota:

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