Sula Espai: Experiencia integral de café y gastronomía consciente

Cristian y Mariana «Absolutamente. El café de especialidad combina agricultura, hospitalidad, ciencia, arte y sensibilidad humana. Es un universo tan complejo como el vino y merece el mismo nivel de estudio y reconocimiento.»

Tabla de Contenido:

Sula Espai es el resultado de la visión compartida de Cristian y Mariana, una pareja que decidió construir una cafetería donde el café de especialidad se viva de forma consciente, no como un simple producto de consumo rápido. Su proyecto nace de una lectura realista del mercado: muchos locales priorizan la estética y el discurso aspiracional, mientras dejan en segundo plano la trazabilidad, el trabajo de los productores y la calidad real en taza. Su objetivo es revertir esa lógica y crear un espacio donde la experiencia tenga contenido, coherencia y propósito.

Desde el inicio, Cristian y Mariana imaginaron Sula Espai como un punto de encuentro para quienes buscan una relación más informada y honesta con lo que consumen. Su propuesta multiroaster no es casualidad: responde al deseo de ofrecer una gama diversa de cafés y tostadores, fomentando el conocimiento sensorial y la conexión directa con diferentes orígenes. Este enfoque genera una red más sólida entre productores, tostadores y clientes, dándole al consumidor un papel más activo dentro de la cadena.

Otro pilar de su propuesta es la carta 100 % vegetal y la integración de vinos naturales, una decisión que refleja su compromiso con un modelo de negocio sostenible y transparente. Para Cristian y Mariana, la sostenibilidad no es una etiqueta de marketing, sino un principio que guía cada decisión: desde la selección de proveedores hasta la manera en que se sirve cada plato y bebida.

Sula Espai no busca replicar fórmulas populares ni construir una imagen vacía. La cafetería representa una visión personal, auténtica y bien estructurada, donde el café, la comida y el entorno se articulan de forma clara. En un mercado saturado de conceptos similares, este espacio se diferencia por su honestidad y por la claridad de propósito de quienes lo lideran.

INICIOS Y CONSTRUCCIÓN DEL PROYECTO

¿Cómo nació la idea de crear Sula Espai y qué significado tiene para ustedes ese nombre?

Sula nació de la necesidad de crear un espacio donde el café se viviera desde la calma, la honestidad y la sensibilidad. No queríamos una cafetería más, sino un refugio donde se celebrara el origen, el trabajo humano y la belleza de lo cotidiano.

El nombre Sula proviene de las palabras “Sur” y “Latitud”. Cristian, aunque es catalán, tiene familia en Andalucía, y Mariana es argentina. La palabra “La” representa la latitud, un elemento esencial tanto en la producción de café como en el vino. Espai significa “espacio” en catalán, porque queríamos que fuera algo más que una cafetería: un lugar con vida propia, abierto a múltiples expresiones.

¿Qué vacíos encontraron en la oferta cafetera local que los motivaron a abrir su propio espacio?

Sentíamos que faltaba un lugar donde el café de especialidad se contara sin pretensiones y con autenticidad. Veíamos muchas propuestas centradas únicamente en lo estético, pero pocas que se preocuparan de verdad por los productos que ofrecen.

¿Cuál fue el mayor reto al momento de estructurar el concepto de la cafetería?

El mayor reto fue mantener la coherencia. Desde el inicio quisimos que cada decisión —desde la materia prima hasta el diseño del espacio— respondiera a una misma visión: cuidar lo que hacemos y cómo lo hacemos.

No queríamos caer en modas ni repetir fórmulas vacías. Construir un espacio con identidad propia requiere paciencia, escucha y muchas renuncias. Pero creemos que eso es lo que hace que Sula tenga su esencia.

¿En qué momento se dieron cuenta de que querían trabajar bajo un modelo multiroaster?

Desde el principio tuvimos claro que queríamos abrir las puertas a distintas voces dentro del café. El modelo multiroaster nos permite mostrar diversidad, aprender constantemente y compartir con nuestra comunidad lo amplio que puede ser este mundo.

Cada tostador aporta su estilo de tueste, su manera de entender el origen y su relación con productores e importadores.

¿Qué valor agregado ofrece Sula Espai frente a una cafetería convencional?

Nuestro objetivo es proporcionar una experiencia única para los amantes del café y del vino, fusionando ambos mundos en un solo lugar. Trabajamos con productores locales y de proximidad para ofrecer productos de calidad, naturales y artesanales.

También organizamos catas y pop-ups gastronómicos para enriquecer la experiencia de quienes nos visitan y fomentar comunidad en torno al café y al vino.

CAFÉ Y CONOCIMIENTO ESPECIALIZADO

¿Creen que el café de especialidad debería tener una carrera universitaria formal, al mismo nivel que gastronomía o enología?

Absolutamente. El café de especialidad combina agricultura, hospitalidad, ciencia, arte y sensibilidad humana. Es un universo tan complejo como el vino y merece el mismo nivel de estudio y reconocimiento.

Una formación formal ayudaría a profesionalizar el sector y a dignificar el trabajo de todas las personas que lo hacen posible, desde el productor hasta el barista.

¿Creen que la falta de formación técnica en el sector limita el desarrollo del café de especialidad?

Sí, en parte. Pero lo que más lo limita es la falta de una visión integral. La técnica es esencial, pero debe ir acompañada de criterio, sensibilidad y pensamiento crítico.

En Sula creemos que el conocimiento debe compartirse, no guardarse. Apostamos por el aprendizaje constante, el diálogo con tostadores y baristas, y por transmitir esa curiosidad a quienes nos visitan.

¿Cómo seleccionan los tostadores y cafés que entran en la carta de Sula Espai?

Buscamos proyectos que compartan nuestra filosofía: respeto por el origen, respeto por su personal, precios coherentes, tostadores reales (no marcas blancas) y proyectos con corazón.

No nos interesa tener los nombres más populares, sino aquellos que nos pongan a prueba y que aporten diversidad sensorial a nuestra carta.

¿Qué opinan de la idea de que el café debe educar al consumidor sin volverse elitista?

Creemos profundamente en eso. El café debería unir, no separar. Educar desde el disfrute y la curiosidad, no desde la superioridad.

Nos gusta hablar de café con un lenguaje cercano, sin tecnicismos innecesarios. La educación, cuando nace del respeto y la empatía, se convierte en una herramienta hermosa para abrir puertas, no para cerrarlas.

¿Cómo ven el futuro del café de especialidad en un entorno donde el consumo tradicional sigue siendo mayoritario?

Lo vemos como una oportunidad. El café de especialidad no necesita imponerse, sino inspirar. Cuando las personas descubren el valor detrás de una taza bien trabajada, difícilmente vuelven atrás.

¿Qué riesgos identifican en la forma en que algunos proyectos definen el café de especialidad solo como “marketing”?

El mayor riesgo es banalizar un movimiento que surgió para revalorizar la calidad, la transparencia y la equidad en el café. Esto genera pérdida de credibilidad: el término se vacía de sentido y provoca desconfianza en los consumidores.

ALIMENTACIÓN Y PROPUESTA GASTRONÓMICA

¿Por qué decidieron apostar por un menú basado en productos vegetales y libres de carne?

Porque ambos somos vegetarianos y, siendo fieles a nuestras convicciones, decidimos que nuestra carta no tendría productos con carne. Queremos que cada plato refleje coherencia con nuestra filosofía.

¿Cómo ha reaccionado el público al encontrarse con un menú vegetariano o vegano en una cafetería?

Con mucha curiosidad y, en la mayoría de los casos, de manera positiva. A veces llegan personas sin saber que el menú es 100 % vegetariano, y eso no les resulta un limitante.

¿Qué criterios utilizan para diseñar la carta de alimentos en función del sabor, la salud y la coherencia con el café?

Aunque nuestra carta es sencilla, buscamos que cada plato tenga armonía, tanto sensorial como conceptual. Queremos que la comida conecte con todo lo que servimos y acompañe la experiencia.

¿Qué piensan de la percepción de que la comida en cafeterías es solo un acompañante del café?

Es una idea que está cambiando, y creemos que es algo muy positivo, ya que la comida puede ser una extensión del mensaje del café.

En Sula, café y comida van de la mano, dialogando y potenciando la experiencia.

¿Qué papel juega la sostenibilidad en la elección de ingredientes para el menú?

Implica priorizar productos de temporada y con bajo impacto ambiental, reduciendo al máximo el desperdicio y apoyando a productores locales. En nuestra propuesta gastronómica se reflejan los mismos valores de calidad y respeto que definen al café de especialidad.

¿Creen que el vegetarianismo les ayuda a diferenciarse dentro de la escena de cafeterías locales?

Sí, pero más que diferenciarnos, nos permite ser fieles a lo que creemos y queremos ver en nuestro local.

POSICIONAMIENTO Y VISIÓN CRÍTICA

¿Qué opinan sobre las llamadas “marcas blancas” dentro del mundo del café?

En Sula valoramos la transparencia y la trazabilidad en el café. Creemos que el consumidor merece conocer quién está detrás de cada tueste y el esfuerzo que implica. Las marcas blancas pueden generar confusión y transformar la experiencia en algo más cercano al marketing que a la especialidad. Esto diluye el valor del trabajo de los tostadores y, a nuestro parecer, no beneficia ni a la comunidad ni al consumidor. Por eso abogamos por una comunicación clara y honesta, que ponga en valor el trabajo auténtico de cada parte.

¿Consideran que las redes sociales ayudan o perjudican la imagen del café de especialidad?

Depende de cómo se usen. Pueden ser una herramienta maravillosa para compartir conocimiento y conectar con personas afines, pero también pueden vaciar el sentido del café si se prioriza la estética por sobre el contenido.

Nosotros las usamos como extensión de lo que somos: mostramos la cotidianidad de nuestro espacio, poniendo el foco en los procesos, no en los resultados. Preferimos inspirar antes que impresionar.

¿Qué piensan de la tendencia del té matcha y su integración en cafeterías de especialidad?

Creemos que es una buena alternativa al café y que comparte con él un ritual propio —la precisión en los gramos, la temperatura del agua y la técnica—, además de una gran variedad de calidades y perfiles.

Sin embargo, nos preocupa que la creciente popularidad del matcha esté generando una sobredemanda que afecta su calidad y eleva los precios, ya que muchos lugares lo están aprovechando para ofrecer té matcha de una calidad mediocre a precios altos.

¿Cómo diferencian entre un proyecto que vende café y uno que realmente construye cultura alrededor de él?

Para nosotros, la diferencia está en la intención y el propósito. Hay proyectos que se limitan a comercializar un producto, mientras que otros buscamos generar un impacto más profundo: compartir conocimiento, crear comunidad y poner en valor todo lo que hay detrás del grano.

Construir cultura alrededor del café significa cuidar cada paso, reconociendo que cada taza representa personas, oficios y una cadena que merece respeto.
No se trata solo de servir café, sino de contar su historia y ayudar a que más gente la comprenda y la valore.

¿Qué opinan sobre la saturación de cafeterías que no siempre priorizan calidad, pero se presentan como “especialidad”?

Nosotros decimos que, por un lado, están las cafeterías de especialidad, y por otro, las cafeterías que sirven café de especialidad. Cada vez hay más lugares que se apropian del término sin importarles lo que realmente implica.

Reproducen la estética o el lenguaje del café de especialidad, pero detrás hay productos de baja calidad, precios inflados y poca coherencia con los valores que deberían sostener la experiencia.

¿Dónde ven la línea entre mantenerse fieles a su concepto y adaptarse a modas del mercado?

La línea está en no perder de vista los valores que sustentan nuestro proyecto. Adaptarnos a modas solo tiene sentido si aporta algo a la experiencia que ofrecemos, pero nunca debe comprometer la autenticidad de lo que hacemos.

La clave está en evolucionar de manera consciente, sin dejarnos arrastrar por tendencias pasajeras que desvirtúen lo que somos.

MULTIROASTER Y VINOS NATURALES

¿Qué ventajas y desventajas ofrece trabajar bajo un modelo de multiroaster?

La ventaja más clara es la diversidad: distintos perfiles, estilos de tueste y orígenes, así como visibilidad a la infinidad de tostadores que existen en el mundo. También nos permite aprender constantemente y ampliar nuestra visión.

La desventaja es que exige coordinación en cuanto a pedidos, criterio para mantener la coherencia en la carta y ajustes constantes de recetas. Aun así, creemos que vale la pena, porque nos pone a prueba y, además, ¡es muy divertido!

¿Qué buscan lograr con la inclusión de vinos naturales en la propuesta de Sula Espai?

Nos entusiasmaba la idea de crear una propuesta híbrida con dos productos que comparten la misma filosofía: calidad, respeto por el origen y cuidado en cada detalle del proceso. No se trata solo de ofrecer algo nuevo, sino de enriquecer la experiencia y fortalecer la cultura que queremos construir alrededor de Sula Espai.

¿Cómo creen que dialoga el vino natural con el café de especialidad dentro de un mismo espacio?

Creemos que pueden complementarse, generando un espacio de descubrimiento y aprendizaje en torno a ambos. Así, las personas pueden disfrutar productos que tienen historia, carácter y conexión con quienes los producen.

¿Qué aprendizajes les está dejando el proceso de integrar el vino sin perder el foco en el café?

Hemos aprendido que integrar el vino no significa competir con el café, sino encontrar puntos en común. Nos ha enseñado la importancia de comunicar el porqué de cada elección: explicar de dónde viene cada vino, cómo se produce y qué lo hace especial, igual que hacemos con el café.

¿Qué tan receptivo creen que es el consumidor local a un concepto híbrido como café + vino?

Hemos visto que la mayoría llega motivada por el café, pero se muestra abierta y curiosa cuando descubre los vinos naturales. La experiencia híbrida invita a explorar sin presión: si bien el café sigue siendo el punto de entrada, poco a poco los clientes se animan a probar el vino.

¿Cómo proyectan a Sula Espai en los próximos cinco años dentro de la escena gastronómica y cultural?

Todavía es muy pronto para saber qué nos depara el futuro, pero queremos consolidarnos como un espacio multiroaster de referencia y seguir construyendo comunidad en torno al café. Más adelante nos gustaría abrir otro local, distinto a una cafetería… pero no haremos spoiler.

Saber más sobre el café de especialidad

PREGUNTAS RÁPIDAS

¿Café filtrado o espresso?

Filtrado. Un buen batch brew, siempre con calma.

¿Un origen que siempre sorprenda?

Etiopía. Siempre tiene algo nuevo que contar: flores, frutas y cítricos.

¿Un error común que cometen los clientes al hablar de café?

Pensar que un café fuerte es sinónimo de un café bueno.

¿Un plato del menú de Sula Espai que nunca sacarían?

Nuestro bikini de sobrasada vegetal casera.

¿Qué prefieren para desconectar: un café, un vino o un té?

Depende del momento: café para inspirarnos, vino para celebrar y té para volver a la calma.

Nota:

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