Chanti «El principal reto fue la falta de referentes femeninos durante mi formación.»

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ToggleOmbú Bcn café de especialidad es una de las propuestas más coherentes y con propósito dentro de la escena cafetera de Barcelona. Fundada por Chantal —barista, tostadora y socia argentina— junto a Pablo, este espacio representa una visión clara de lo que significa combinar origen, ética y experiencia sensorial en una sola taza. Desde su apertura en plena pandemia, Ombú se ha visto como una cafetería que no solo sirve café de alta calidad, sino que también impulsa un mensaje de equidad y conexión con las mujeres productoras en origen.
El proyecto surgió con una motivación concreta: ofrecer un lugar donde el café sea vehículo de encuentro, transparencia y propósito. Chantal, formada en Irlanda y con experiencia en atención al cliente, trasladó a Barcelona una mirada latinoamericana basada en la cercanía y el compromiso humano. Su paso de la barra al tueste fue consecuencia de un encuentro determinante con la productora colombiana Ana Donneys, una historia que marcó el inicio de una nueva etapa para Ombú, centrada en el tostado propio y la trazabilidad directa.
Hoy, Ombú Bcn combina café de especialidad con repostería argentina y catalana, manteniendo un estándar de calidad que dialoga con el origen. Pero su impacto trasciende lo gastronómico: la línea “Poder Femenino” refleja una filosofía de apoyo real a mujeres del café, con quienes mantienen relaciones directas de compra y colaboración. Esta visión convierte a Ombú en un ejemplo de cómo el café puede ser una herramienta de transformación social y cultural.
Con una propuesta sólida y una identidad bien definida, Ombú Bcn café de especialidad continúa aportando valor a la comunidad local y a la industria global del café, desde una mirada femenina, ética y profundamente humana.

Inicios y trayectoria
Chanti, ¿cómo nació la idea de crear Ombú Bcn Café de Especialidad en Barcelona y qué fue lo que más te motivó a iniciar este proyecto?
La idea de crear Ombú Bcn Café de Especialidad surgió en plena pandemia, cuando todo parecía detenido. Sin embargo, mi socio y yo siempre tuvimos un espíritu emprendedor, y vimos en ese contexto una oportunidad para construir algo que aportara calidez y conexión. Queríamos crear un espacio que funcionara como refugio: un lugar donde las personas se sintieran seguras y pudieran disfrutar de algo tan humano como un buen café.
Mi socio tenía experiencia en brunch y café de especialidad, y yo venía de trabajar como barista en Irlanda. Además, mi formación en atención al cliente aportó un enfoque más cercano al servicio. Con esa combinación de experiencias decidimos abrir nuestra primera cafetería, con el propósito de ofrecer calidad, cercanía y una experiencia auténtica alrededor del café.
Vienes de Mar del Plata, Argentina. ¿Qué aprendizajes de tu entorno cultural llevaste al mundo del café en Barcelona?
Creo que muchas cosas de mi entorno cultural se reflejan en nuestro trabajo. Desde el inicio quisimos que Ombú tuviera raíces argentinas y latinoamericanas, algo que se percibe tanto en la propuesta gastronómica —medialunas, alfajores— como en la atención al cliente: cálida, respetuosa y cercana.
De Argentina también traje la capacidad de adaptarme y resolver. Crecer en un país complejo te enseña a encontrar soluciones y a ser resiliente. Esa actitud práctica y optimista forma parte de nuestro día a día en la cafetería.
¿Recuerdas el momento en que decidiste que el tueste sería tu camino dentro del café?
No hubo un momento exacto en el que decidí dedicarme al tueste; fue algo que se dio de manera natural. Lo que sí recuerdo es el instante en que supe que Ombú debía comenzar a tostar su propio café. Fue después de conocer a Ana Donneys, productora en Quindío, Colombia. Su historia me inspiró profundamente y quise trabajar con su café. Al regresar a Barcelona, le propuse a mi socio iniciar el proceso de tueste, y así comenzó todo. A partir de entonces descubrí que este rol me permitía comunicar las historias y el trabajo de quienes están detrás de cada grano.
¿Qué retos personales enfrentaste como mujer tostadora en una industria que históricamente ha estado más asociada a hombres?
El principal reto fue la falta de referentes femeninos durante mi formación. En un entorno mayoritariamente masculino, tuve que abrirme camino sola, aprender a confiar en mis decisiones y desarrollar mi propio estilo de tueste. Esa experiencia me impulsó a querer ser el referente que a mí me faltó: alguien que inspire y acompañe a más mujeres que deseen construir una carrera en el café.
¿Cómo defines la esencia de Ombú Bcn Café de Especialidad frente a otras cafeterías de especialidad en la ciudad?
La esencia de Ombú se sostiene en dos pilares: ofrecer café de la más alta calidad y cuidar cada detalle de la experiencia del cliente. Desde el inicio tuvimos claro que queríamos que cada persona se fuera mejor de lo que llegó, ya fuera por una buena taza, una conversación o un momento de pausa genuina. Esa sigue siendo nuestra meta diaria: que el café sea una experiencia que conecte.

El papel de la mujer en el café
Para ti, ¿qué significa visibilizar y dar espacio a mujeres productoras de café en Ombú Bcn Café de Especialidad?
Visibilizar y dar espacio a mujeres productoras es el eje central de mi trabajo. Conocer a una productora como Ana Donneys marcó un antes y un después en mi carrera. Desde entonces, mi propósito ha sido tostar con intención: reconocer, amplificar y apoyar el trabajo de las mujeres en origen. Para mí, tostar con propósito significa generar impacto real y contribuir a una cadena del café más equitativa.
¿Crees que todavía existe una brecha de género en la cadena del café y cómo se puede cerrar?
Sí, aún existe una brecha de género en la industria del café, y cerrarla requiere educación, compromiso y acción colectiva. Es un proceso que demanda tanto la responsabilidad individual —desde nuestras decisiones y espacios— como el esfuerzo conjunto del sector. Solo con una visión compartida podremos construir una industria más justa e inclusiva.
¿Qué factores consideras al seleccionar cafés de productoras mujeres para tu barra y tu tostador?
Primero evalúo la calidad, la trazabilidad y el perfil del café según las necesidades del tostador y la barra. Pero también valoro la historia de la productora, su impacto en la comunidad y la conexión personal que se genera al conocerla. Hay una energía que trasciende los datos técnicos, y esa conexión humana también influye en la elección final.
¿Qué impacto tiene para el consumidor saber que detrás de una taza hay una mujer productora?
El impacto depende de nuestra capacidad de comunicar esas historias. En Ombú buscamos que cada cliente conozca el origen del café que disfruta. Esa conexión genera conciencia y da sentido a la experiencia. Por eso creamos la línea Poder Femenino, una colección que visibiliza a mujeres productoras y nos permite compartir sus historias e impacto real en la cadena de valor.
¿Cómo puede el café convertirse en una plataforma de apoyo y conciencia social para la igualdad de género?
El café tiene un enorme potencial para generar conciencia social. Detrás de cada taza hay una red de decisiones que puede comunicar valores y promover el cambio. Desde el tueste hasta la barra, el café puede ser un medio para contar historias reales, reconocer el trabajo femenino y fomentar un consumo más responsable. Cuando se trabaja con propósito, el café trasciende lo comercial y se convierte en una herramienta de transformación.
¿Qué le dirías a otras mujeres que desean dedicarse profesionalmente al tueste y al café de especialidad?
Les diría que sean curiosas, que investiguen y pregunten sin miedo, pero sobre todo que se animen. El café de especialidad necesita más voces diversas, y cada mujer que se incorpora aporta una nueva perspectiva. No es necesario tener todas las respuestas desde el inicio; lo importante es dar el primer paso, aprender en el proceso y confiar en el propio criterio.

Tueste y técnica
Desde tu experiencia, ¿qué diferencia a un café de especialidad bien tostado de uno comercial?
La principal diferencia está en la calidad del grano. En el café de especialidad se trabaja con granos seleccionados, de trazabilidad verificable y con un perfil sensorial que refleja su origen y el trabajo del productor. En cambio, el café comercial suele emplear materia prima de menor calidad y tuestes más oscuros para disimular defectos.
Un café de especialidad bien tostado busca resaltar dulzura, acidez y complejidad, mientras que el comercial prioriza uniformidad. En definitiva, el primero expresa el potencial del origen; el segundo intenta ocultar sus limitaciones.
¿Qué variables técnicas priorizas cuando trabajas con cafés de origen producido por mujeres?
Evalúo las mismas variables técnicas que en cualquier café de especialidad: humedad, densidad, tamaño del grano y comportamiento térmico durante el tueste. Sin embargo, presto especial atención a cómo resaltar las características sensoriales que reflejan la historia detrás de ese café. Busco que el tueste acompañe la identidad del origen sin imponerla. En muchos casos, estos cafés destacan por su delicadeza y complejidad, y mi objetivo es respetarlas. Cada tueste se convierte en una forma de honrar el trabajo y la visión de las mujeres que los producen.
¿Cómo manejas la relación entre ciencia y sensibilidad sensorial durante el tueste?
El tueste exige un equilibrio constante entre ciencia y sensibilidad. La ciencia aporta medición, control térmico y comprensión de las reacciones químicas; la sensibilidad permite interpretar cómo esos cambios se traducen en aromas y sabores. Dominar ambas dimensiones es clave para que cada café exprese su máximo potencial en taza.
¿Qué papel juega la física y la química en tu forma de comprender la transformación del grano?
La física y la química son fundamentales para entender el comportamiento del grano durante el tueste. Comprender las reacciones de Maillard, la caramelización o el desarrollo térmico permite tomar decisiones más precisas. Aun así, he aprendido que la teoría no basta: solo con práctica y observación sensorial se logra interpretar cómo el grano se transforma y revela su carácter.
¿Qué tanto influye la consistencia del perfil de tueste en la confianza de los clientes de Ombú Café Barcelona?
La consistencia es esencial. Los clientes valoran encontrar el mismo nivel de calidad en cada visita, sin importar el método o la bebida. Esa estabilidad genera confianza y refuerza la identidad de la cafetería. Cada perfil de tueste repetido con precisión transmite el mismo cuidado y compromiso que definieron la primera taza.
¿Cuál ha sido el mayor reto técnico que has resuelto frente al tostador?
El mayor reto ha sido desarrollar correctamente granos muy densos y de tamaño reducido. Requieren precisión extrema en temperatura y tiempo de tueste, ya que un exceso los quema y una falta los deja subdesarrollados. Superar ese desafío me enseñó a combinar técnica, paciencia y percepción sensorial para respetar el perfil de cada café y aprovechar al máximo su origen.
Cafetería, comunidad y mercado
¿Cómo logra Ombú Café Barcelona integrarse con su comunidad y convertirse en un punto de encuentro cotidiano?
La integración con la comunidad surgió de manera natural. Desde el inicio priorizamos la experiencia del cliente y la calidez del espacio. Cuando las personas se sienten cómodas y comparten el interés por el buen café, se genera una conexión que trasciende lo comercial. Ombú se ha convertido en un punto de encuentro cotidiano, un lugar donde el café funciona como excusa para conversar y crear vínculos.
¿Qué importancia tiene para ti trabajar con productores y aliados locales en Barcelona?
Trabajar con aliados locales es esencial para sostener la calidad y fortalecer la cadena de valor. Importadores, panaderos y proveedores de materia prima forman parte del mismo ecosistema. Con los socios adecuados se construyen relaciones de confianza, aprendizaje mutuo y crecimiento conjunto, lo que enriquece tanto la oferta como la comunidad del café en la ciudad.
En tu visión, ¿qué valor añadido aporta un multiroaster frente a trabajar con un único tostador?
El modelo multiroaster permite ofrecer una carta más diversa y explorar distintos perfiles de sabor. Para las cafeterías que no tuestan, esta modalidad amplía la experiencia del consumidor y fomenta la colaboración con distintos proyectos. Además, impulsa el aprendizaje entre equipos y genera sinergias dentro del sector, fortaleciendo la cultura del café desde la diversidad.
¿Cómo definirías el impacto del café de especialidad en una ciudad como Barcelona, donde conviven cadenas y proyectos independientes?
El café de especialidad tiene un papel clave en el cambio cultural del consumo. Eleva el nivel de exigencia del público, promueve la trazabilidad y da visibilidad al trabajo en origen. En un entorno donde conviven cadenas y proyectos independientes, impulsa la competencia saludable y refuerza la identidad de los espacios locales. Cafeterías como Ombú funcionan como puentes entre productor y consumidor, conectando el origen con la ciudad.
¿Qué opinas del concepto de “carreras universitarias en café”? ¿Crees que el tueste debería tener una formación académica formal?
Las carreras universitarias en café aportan una visión integral del negocio, especialmente cuando incluyen aspectos económicos y de gestión. En cuanto al tueste, la práctica sigue siendo la base del aprendizaje, pero una formación académica en química, física o agronomía puede potenciar la comprensión técnica y la precisión en el trabajo. La combinación de teoría y práctica es, sin duda, el camino más completo.
Redes sociales, comunicación y tendencias
¿Las redes sociales ayudan a educar sobre el café de especialidad o, por el contrario, lo simplifican demasiado?
Depende mucho del creador de contenido y de la responsabilidad con la que comunique. Hoy existen profesionales que aportan información valiosa, educan al público y muestran la complejidad del café de especialidad. Sin embargo, también hay quienes buscan viralizar sin rigor, reduciendo el discurso a simples frases o mitos. Lo importante es distinguir y apoyar el contenido que realmente construye conocimiento dentro del sector.
¿Qué opinas del papel de los influencers en el mundo del café de especialidad?
Los influencers pueden ser aliados estratégicos siempre que trabajen con responsabilidad y una verdadera pasión por la industria. Su capacidad de conectar con audiencias amplias les permite educar, inspirar y atraer nuevos consumidores. No obstante, la clave está en que su mensaje sea honesto, coherente y con fundamentos, evitando simplificar una industria que tiene mucho por contar.
¿Consideras que el café de especialidad necesita un nuevo nombre para conectar mejor con el consumidor promedio?
No creo que el café de especialidad necesite un nuevo nombre. Lo que sí requiere es una mejor comunicación. Debemos explicar al consumidor, de manera clara y cercana, qué diferencia a un café de otro, sin elitismos ni tecnicismos. El reto está en mostrar que el café de especialidad no es exclusivo, sino una experiencia accesible, transparente y disfrutable para todos.
Hoy vemos cada vez más matcha y bebidas alternativas al café en cafeterías. ¿Cómo percibes esta tendencia dentro de Ombú Café Barcelona?
En Ombú entendemos que el cliente busca experiencias diversas, por eso ofrecemos opciones como el matcha o el chai. No se trata de reemplazar el café, sino de ofrecer alternativas de la misma calidad para quienes desean compartir el momento sin tomarlo. Incluir estas bebidas permite que más personas se sientan parte del espacio, lo que refuerza nuestra filosofía de hospitalidad y comunidad.

Filosofía personal y futuro
¿Qué disfrutas más del día a día en Ombú Café Barcelona: la barra, el tostador o la conexión con el consumidor?
Disfruto de todo. Cada área tiene su valor: la barra me conecta con las personas, el tostador me reta técnicamente y la conexión con el consumidor me recuerda el propósito de lo que hacemos. Pero si debo elegir, el tueste es mi verdadera pasión: ahí puedo explorar, descubrir perfiles de sabor y honrar el trabajo de los productores detrás de cada origen.
¿Qué valor le das a la confianza que han construido con clientes y vecinos cercanos?
La confianza que hemos construido con nuestra comunidad es esencial. Representa el resultado de años de trabajo constante, de ofrecer siempre la misma calidad y de mantener una relación cercana y honesta con cada cliente. Esa fidelidad es lo que permite que Ombú siga creciendo y que la gente se sienta parte de algo más que una cafetería.
¿Cómo imaginas la evolución de Ombú Café Barcelona en los próximos años como proyecto social y cafetero?
Imagino a Ombú creciendo como un proyecto que combine calidad, educación y comunidad. Nos gustaría abrir más espacios, incluso fuera de Barcelona, para seguir conectando con productores y consumidores. La idea es consolidar un modelo de negocio sostenible, que inspire y demuestre que el café de especialidad puede ser una herramienta de transformación social y cultural.
Si tuvieras que resumir en una frase qué significa para ti ser mujer tostadora y propietaria de Ombú Bcn café de especialidad, ¿cuál sería?
Ser mujer tostadora significa liderar con pasión, aprender todos los días del café y de las personas, y dejar una huella en una industria que aún necesita más referentes femeninos.
Preguntas rápidas
¿Filtro o espresso?
Filtro
¿Tueste claro o tueste medio?
Tueste medio
¿Una mujer productora que admires?
Ana María Donneys
¿Cafetería de barrio o de destino?
Ambas
¿El mejor momento del día para tomar café?
Primera hora del día
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